Test de Apgar: el primer examen de tu bebé
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Test de Apgar: el primer examen de tu bebé
Test de Apgar: el primer examen de tu bebé
Nada más nacer, nuestro bebé es examinado por un profesional médico que valora su estado general de salud. Al conjunto de parámetros que tienen en cuenta para medir su vitalidad se le llama Test de Apgar.
1. Una prueba de rutina
Test. Al minuto de nacer, algún profesional sanitario que atiende el parto examina al bebé para valorar su vitalidad.
El test de Apgar fue propuesto en 1952 por la doctora Virgina Apgar, anestesista especializa en obstetricia del Columbia University's Babies Hospital con el fin de conocer el estado del bebé después del parto. En la actualidad, esta prueba se sigue utilizando, ¿sabes de qué se trata?
Al minuto de nacer, algún profesional sanitario que atiende el parto (matrona o ginecólogo) o al bebé (pediatra o enfermera) lo examina para valorar su vitalidad. El objetivo es establecer si el proceso de transición del bebé desde el medio intrauterino, en el que depende de la placenta, al medio extrauterino, es el adecuado. Es un modo de medir cómo está transcurriendo la adaptación.
2. Parámetros que se valoran
Este examen se basa sobre todo en la inspección y la observación de cinco signos clínicos concretos fáciles de describir por el personal sanitario que atiende al niño. A cada uno de estos parámetros se da una puntuación individual de 0, 1 ó 2 en función de cómo se encuentre el bebé: 2 si está correcto, 0 si no lo está y 1 si se trata de una situación intermedia. El total de estas cinco pruebas que se hacen será como mínimo de 0 y como máximo de 10.
1. Color: el médico observa si el bebé tiene buen color o por el contrario está pálido o azulado. Si está azulado la puntuación será de 0, si está pálido 1 y, en el caso de la que la piel sea rosácea, 2.
2. Tono muscular: se aprecia la fuerza en los movimientos del recién nacido y la flexión de las extremidades. Cuando está flácido la puntuación es de 0; si realiza algunas flexiones de las extremidades, 1; y si se mueve enérgicamente se puntúa con un 2.
3. Frecuencia cardiaca: se valora a través de la auscultación del corazón o mediante la medición de las pulsaciones. Es una de las más importantes. En el caso de que no haya latidos del corazón se puntúa con un 0, si la frecuencia es menor a 100 latidos por minutos, su valor será un 1 y si es mayor de 100 latidos por minuto, serán 2 puntos.
4. Esfuerzo respiratorio: en caso de que el bebé no respirara sería 0, si las respiraciones son lentas e irregulares, 1 y si la respiración es regular 2.
5. Irritabilidad refleja: se mide la respuesta del bebé a ciertos estímulos. Si no hay respuesta el valor será 0, si el niño hace algún gesto o mueca se puntúa con un 1 y si tiene tos, estornuda o llora fuerte, será 2. Al introducir la sonda por la nariz para aspirar las secreciones que hubieran podido pasar al sistema respiratorio durante el parto, el niño sano reacciona con tos, estornudo o se queja.
3. ¿Qué implican los resultados?
Se considera una puntuación normal la que está en 7 ó más. Por debajo se puede relacionar con asfixia fetal. Y si es inferior a 4 se estaría ante un caso grave. Ante esta situación el personal sanitario no espera que pase más tiempo para empezar a actuar.
En realidad el médico utiliza tres de los signos clínicos del Apgar (la frecuencia cardiaca, el color y el tono muscular) para detectar si es conveniente iniciar medidas de reanimación y de valorar la eficacia de estas medidas.
El test se hace dos veces como mínimo. La primera ocasión, al minuto de nacer el niño. Con ella se evalúa la tolerancia del bebé al parto y su posible sufrimiento. La segunda se realiza a los 5 minutos y, a partir de ella, se pretende conocer el nivel de adaptabilidad del recién nacido al medio ambiente. Si en el test de los cinco minutos la puntuación sigue siendo baja, se sigue midiendo cada cinco minutos.
Es normal que en la primera medición, es decir, la del minuto 1, el resultado sea más bajo, porque el niño necesita adaptarse y recuperarse. Si un recién nacido puntúa bajo en el primer minuto pero a los cinco obtiene resultados normales, la evolución es correcta y no se consideraría anormal.
Hay situaciones que reducen la puntuación de Apgar sin que exista asfixia fetal. Por ejemplo, el uso de algunos sedantes y analgésicos en la madre, ya que el niño pude nacer igualmente sedado; el consumo de drogas; o el nacimiento prematuro.
Nada más nacer, nuestro bebé es examinado por un profesional médico que valora su estado general de salud. Al conjunto de parámetros que tienen en cuenta para medir su vitalidad se le llama Test de Apgar.
1. Una prueba de rutina
Test. Al minuto de nacer, algún profesional sanitario que atiende el parto examina al bebé para valorar su vitalidad.
El test de Apgar fue propuesto en 1952 por la doctora Virgina Apgar, anestesista especializa en obstetricia del Columbia University's Babies Hospital con el fin de conocer el estado del bebé después del parto. En la actualidad, esta prueba se sigue utilizando, ¿sabes de qué se trata?
Al minuto de nacer, algún profesional sanitario que atiende el parto (matrona o ginecólogo) o al bebé (pediatra o enfermera) lo examina para valorar su vitalidad. El objetivo es establecer si el proceso de transición del bebé desde el medio intrauterino, en el que depende de la placenta, al medio extrauterino, es el adecuado. Es un modo de medir cómo está transcurriendo la adaptación.
2. Parámetros que se valoran
Este examen se basa sobre todo en la inspección y la observación de cinco signos clínicos concretos fáciles de describir por el personal sanitario que atiende al niño. A cada uno de estos parámetros se da una puntuación individual de 0, 1 ó 2 en función de cómo se encuentre el bebé: 2 si está correcto, 0 si no lo está y 1 si se trata de una situación intermedia. El total de estas cinco pruebas que se hacen será como mínimo de 0 y como máximo de 10.
1. Color: el médico observa si el bebé tiene buen color o por el contrario está pálido o azulado. Si está azulado la puntuación será de 0, si está pálido 1 y, en el caso de la que la piel sea rosácea, 2.
2. Tono muscular: se aprecia la fuerza en los movimientos del recién nacido y la flexión de las extremidades. Cuando está flácido la puntuación es de 0; si realiza algunas flexiones de las extremidades, 1; y si se mueve enérgicamente se puntúa con un 2.
3. Frecuencia cardiaca: se valora a través de la auscultación del corazón o mediante la medición de las pulsaciones. Es una de las más importantes. En el caso de que no haya latidos del corazón se puntúa con un 0, si la frecuencia es menor a 100 latidos por minutos, su valor será un 1 y si es mayor de 100 latidos por minuto, serán 2 puntos.
4. Esfuerzo respiratorio: en caso de que el bebé no respirara sería 0, si las respiraciones son lentas e irregulares, 1 y si la respiración es regular 2.
5. Irritabilidad refleja: se mide la respuesta del bebé a ciertos estímulos. Si no hay respuesta el valor será 0, si el niño hace algún gesto o mueca se puntúa con un 1 y si tiene tos, estornuda o llora fuerte, será 2. Al introducir la sonda por la nariz para aspirar las secreciones que hubieran podido pasar al sistema respiratorio durante el parto, el niño sano reacciona con tos, estornudo o se queja.
3. ¿Qué implican los resultados?
Se considera una puntuación normal la que está en 7 ó más. Por debajo se puede relacionar con asfixia fetal. Y si es inferior a 4 se estaría ante un caso grave. Ante esta situación el personal sanitario no espera que pase más tiempo para empezar a actuar.
En realidad el médico utiliza tres de los signos clínicos del Apgar (la frecuencia cardiaca, el color y el tono muscular) para detectar si es conveniente iniciar medidas de reanimación y de valorar la eficacia de estas medidas.
El test se hace dos veces como mínimo. La primera ocasión, al minuto de nacer el niño. Con ella se evalúa la tolerancia del bebé al parto y su posible sufrimiento. La segunda se realiza a los 5 minutos y, a partir de ella, se pretende conocer el nivel de adaptabilidad del recién nacido al medio ambiente. Si en el test de los cinco minutos la puntuación sigue siendo baja, se sigue midiendo cada cinco minutos.
Es normal que en la primera medición, es decir, la del minuto 1, el resultado sea más bajo, porque el niño necesita adaptarse y recuperarse. Si un recién nacido puntúa bajo en el primer minuto pero a los cinco obtiene resultados normales, la evolución es correcta y no se consideraría anormal.
Hay situaciones que reducen la puntuación de Apgar sin que exista asfixia fetal. Por ejemplo, el uso de algunos sedantes y analgésicos en la madre, ya que el niño pude nacer igualmente sedado; el consumo de drogas; o el nacimiento prematuro.
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